ESTIGMATIZADOS

REFLEXIONES


“Degeneración en generación, en generación” tal podría decir Asturias, de su amada Guatemala, en sus habituales y creativos juegos de palabras al observar con ojos de poeta, periodista y novelista en lo que se han convertido la Guatemala de sus Leyendas y la leyenda de su Huelga de Dolores.

Los huélgueros de hace un siglo, cuando se inspiraron para generar el llamado canto de guerra de los san carlistas, estigmatizaron a esta Guatemala de Dolores. La “Chalana” nos habla de gûisachines, mata sanos y de un país donde no hay ni liberales y menos conservadores: que sobre los hediondos males de la patria, es mejor arrojar flores pues continúan existiendo “malos bichos sin conciencia que le apresan en sus dientes y la chupan inclementes la fuerza de su existencia”.

Y es por ello que el quetzal se fue espantado “por un ideal que no existe, se puso las de hule al prado más mudo pelado y triste (…)” porque hoy por hoy y desde entonces continua la Patria, (como) “palabrota añeja por los largos explotada;” y cáusticamente se tipifica que “la patria es una vieja que está desacreditada”, pues “No vale ni cuatro reales en este país de traidores”.

Y es que a lo largo de lo que hoy se observa en cada medio impreso, televisivo o radial, la Chalana fue premonitoria, nos ha estigmatizado de tal manera que debe ser motivo de onda y profunda reflexión y no motivo de mofa, holgorio o para pasársela bien en cualquier parranda, de las que hoy por hoy se acostumbra.

A poco menos de cien años (1921), los Huélgueros de entonces, así con mayúscula, nos marcaron, fueron premonitorios, ni Urbano Madel hubiese podido ser tan contundente en sus predicciones, aquellos muchachos cuando convinieron reunirse en la entonces Escuela de Derecho, para generar un canto de guerra universitario, no pensaron que producirían al final de las cansadas un patético himno capaz de reflejar a una sociedad entera.

Miguel Ángel Asturias, Alfredo Valle Calvo, David Vela, José Luis Barcárcel, Joaquín Barnoya, Epaminondas Quintana, no dejaron santo parado: ¿hoy, no hay jueces que venden la justicia? ¿No hay curas que comercian con el credo?

Hoy este nuestro país ¿no está agónico? Y la Huelga de Dolores ¿no va por décadas de decadencia? El momento invita a una reflexión. Profunda, sería. Una reflexión por parte de las jóvenes generaciones que antes de ver en la Huelga días de parranda y holgorio, debiese de ser la manifestación de sesudas reflexiones para reencauzar no únicamente la Huelga, reencauzar al país entero en acciones que lleven a mejores derroteros.

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Periodico Tiempo Diseño Web por: Nelson Dieguez Epesista Licenciatura en Ciencias de la Comunicacion